El especialista y director del Instituto del Petróleo y el Gas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, Victor Bornstein, aseguró que el Gobierno nacional «parte de un diagnóstico equivocado» para el nuevo cuadro tarifario propuesto ayer por el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, en el cual se estableció un aumento tope del 400% para usuarios residenciales y de un 500% para no residenciales.
«Ellos dicen que Argentina pasó de ser un país exportador de energía a ser un importador y eso es culpa del cuadro tarifario anterior y eso no es así, ya que se tocó el techo de la producción de petróleo en 1998 con un millón de barriles diarios y a partir de ahí empezó a declinar y eso no pasó con el kirchnerismo ni por un problema de tarifas, sino por una cuestión geológica», aseguró Bronstein.
En cuanto al tope establecido por la cartera de energía, Bronstein se mostró desconfiado: «después de lo que fue el tarifazo de marzo, uno está desconfiado de que cambie la cosa, por lo que hay que esperar las boletas a ver como salen, pero da la sensación de que con el tope que pusieron no están seguros de estar haciendo las cosas bien».
Según el especialista, para hacer ajuste tarifario «tendrían que haber aplanado la tarifa, porque uno de los ítems que complicó fue el «premios y castigos» por ahorro energético en comparación con otros meses. Al tener en cuenta que este invierno fue mucho más crudo que el anterior, con eso se fue realimentando el aumento. Lo tendrían que haber sacado, pero el Gobierno quiere promocionar el ahorro a través de la tarifa».
Para Bronstein el Gobierno nacional debe «empezar a pensar en un esquema en el cual se haga una recomposición del precio mucho mas progresivo. Pero esto está guiado por un objetivo fiscal y un objetivo político para decir que ellos son distintos y vienen a hacer las cosas bien, lo cual es muy discutible».