Representantes de quince empresas australianas dedicadas a minerales críticos regresaron recientemente a su país con un mensaje claro: el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a invertir directamente en sus proyectos, en un giro estratégico para reducir la influencia de China en las cadenas de suministro globales.
Andrew Worland, CEO de International Graphite, afirmó tras su visita que la administración estadounidense está abierta a evaluar propuestas concretas y a buscar financiamiento mediante diferentes instrumentos, incluyendo modelos híbridos de deuda y acuerdos de compra anticipada para reservas estratégicas. La idea es tener proyectos operativos para 2027 y fortalecer la autonomía en recursos clave como tierras raras, litio y cobalto.
Este movimiento responde a la creciente tensión comercial con China, que ha restringido exportaciones de minerales críticos, afectando sectores como la automoción y la tecnología. Estados Unidos ya ha adquirido participaciones en proyectos como Lithium Americas y en la mina Thacker Pass, reflejando un apoyo activo a estos sectores estratégicos.
Por su parte, Australia también avanza en su estrategia de alianzas, ofreciendo participación en reservas estratégicas a socios como Reino Unido, en el contexto del pacto AUKUS y la presencia en el Indo-Pacífico frente a China. Empresas australianas como Cobalt Blue están alineadas con esta tendencia, buscando integrar sus proyectos en la cadena de suministro estadounidense.
Este enfoque no solo busca garantizar recursos, sino también fortalecer la resiliencia tecnológica y energética, esenciales para la producción de baterías, semiconductores, defensa y energías renovables. La colaboración entre EE.UU. y Australia refleja una visión madura y estratégica que prioriza una minería responsable y bien financiada, en línea con los desafíos del siglo XXI y la transición energética global.
