Si invierte u$s 100.000 millones, el país dejará de importar gas en cinco años

Ernesto López Anadón, presidente del Instituto Argentino del Petroleo y el Gas (IAPG)

Según las estimaciones del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas

El aprovechamiento a gran escala de los recursos no convencionales de Vaca Muerta podría permitirle a la Argentina recuperar su autoabastecimiento gasífero en el próximo lustro. Para ello se requieren inversiones por u$s 20.000 millones anuales.

En tan sólo cinco años, la Argentina estará en condiciones de dejar de importar gas natural. Así lo anticipa el presidente del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), Ernesto López Anadón.
“Con una inversión de u$s 100.000 millones en dicho período, el país podrá duplicar su actual capacidad de explorar y perforar pozos gasíferos, fundamentalmente en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, lo cual le devolverá el autoabastecimiento del fluido y le permitirá ampliar fuertemente su producción de petróleo”, proyectó el directivo durante el lanzamiento del Sexto Congreso del IAPG, encuentro que se realizará entre los días 24 y 27 de octubre en la ciudad rionegrina de Bariloche.
A su entender, un desarrollo masivo de los recursos hidrocarburíferos no convencionales de la cuenca Neuquina hará que se junten las curvas de oferta y demanda de gas a nivel nacional. “Para ello deberán desembolsarse u$s 20.000 millones anuales”, remarcó López Anadón, quien estuvo acompañado en la presentación por el director de Actividades Técnicas del IAPG, Daniel Rellán; y el vicepresidente del Comité Organizador del Congreso y gerente de Reservorios de YPF, Gastón Conci.
El escenario venidero, apuntó el titular del Instituto, también luce auspicioso en materia petrolera. “Además de YPF, en Vaca Muerta hay por estos días unas 70 empresas trabajando en las etapas de exploración, explotación y producción de crudo. Todo indica que la explotación de este recurso crecerá de manera sustancial”, puntualizó.
Existen, añadió, más de 500 pozos perforados de gas. “Ese número puede llegar a duplicarse hasta alcanzar los 1.000 pozos por año. Más allá de los altos costos, la falta de infraestructura y las elevadas cargas impositivas, hoy la industria y el Gobierno están aunando esfuerzos para generar un marco de desarrollo más adecuado”, subrayó.
Es cierto, admitió, que todavía hay proyectos que se demoran o se frenan por su escasa viabilidad. “Es justamente por eso que resulta preciso buscar condiciones especiales para tomar vuelo e ingresar a la etapa de desarrollo masivo”, señaló.

Grandes desafíos

De acuerdo con López Anadón, la Argentina está aprovechando su capacidad logística y técnica para sortear el gran desafío que representan los hidrocarburos no convencionales. “No obstante, debe considerarse que, al duplicar la cantidad de pozos a perforar, ingresarán equipos de perforación y fractura. Y este aumento en la actividad significará más gente; es decir, una mayor necesidad de viviendas, servicios y caminos”, advirtió.
Con respecto a la conflictividad gremial y social del segmento, aseguró que se está trabajando fuertemente en términos de comunicación y transparencia a fin de mejorar la imagen sectorial ante la sociedad. “Se están llevando a cabo mejores prácticas, no sólo en el ámbito de la seguridad sino también en relación con el cuidado del medio ambiente y la salud”, resaltó.
Para reducir los niveles de conflictividad, sostuvo, hay un contacto permanente con las autoridades provinciales y nacionales. De todos modos, reconoció, aún queda un largo camino por recorrer. “Las operaciones de nuestra industria son muy dinámicas y requieren mucha movilización y actividad. Para llevarlas adelante resulta clave que todo sea accesible, lo cual nos obliga a mejorar mucho en eficiencia y flexibilidad a fin de bajar los costos de producción”, completó. ›|‹

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