“La exploración es el rubro que más participación local genera”

Testimonio de Mario Hernández. Presidente de GEMERA

Desde GEMERA se observa un mejor clima político para el despliegue de la actividad a escala nacional. Según su titular, Mario Hernández, el sector debe aprovechar este contexto con un mayor acercamiento comunitario y provisión de información clara.

El gran desafío de la minería argentina pasa por sostener la actividad exploratoria en el tiempo.  Así lo cree Mario Hernández, para quien sin exploración no hay producción posible. “Nuestro rubro es el que más participación local genera. Por eso es tan importante contar con mecanismos de incentivos que favorezcan la búsqueda de minerales en las provincias”, asegura el presidente del Grupo de Empresas Mineras Exploradoras de la República Argentina (GEMERA) y director de Relaciones Institucionales y Comunitarias de Yamana Gold.

En la actualidad, afirma, el mayor riesgo para la llegada de inversiones exploratorias al país tiene que ver con la conflictividad social. “Hay organizaciones que bajo ciertos slogans tajantes (como ‘tal lugar no se toca’ o ‘no es no’) están apuntando directamente al segmento de la exploración con el objetivo de frenar el negocio de entrada”, advierte. Esto se combate, a su criterio, con conocimiento y acercamiento comunitario. “No hay nada mejor que llevarle información a la gente”, sostiene. No hay dudas, apunta, de que en los últimos tiempos el contexto político ha cambiado para bien, con reintegros impositivos y planes para el desarrollo de infraestructura. “Esto se viene notando particularmente en el negocio del litio, que está viviendo un boom de inversiones”, ejemplifica. En cuanto a los metales preciosos, el directivo remarca que aunque manejan sus propios ciclos de oportunidades estos recursos siempre tendrán un lugar importante en el consumo humano. “La demanda de oro, plata, zinc y plomo no dejará de crecer. A medida que se dificulte la exploración de estos metales, adquirirá más relevancia su reciclaje”, anticipa. Los hombres, precisa, ya consumen unos 680 kilos de cobre a lo largo de sus vidas. “También está en aumento la cantidad requerida per cápita de aluminio, minerales arcillosos, sales, hierro y áridos”, enumera. La exploración, subraya, se halla en la base de la pirámide de consumo. “Sin nosotros la gente no podría tener más confort ni vivir mejor”, indica. Con respecto al impacto ambiental de la industria minera, detalla que para producir una onza de oro se utiliza la misma cantidad de agua que para un litro de vino. “La diferencia es que la onza se vende a $ 28.000 y el Estado recauda por ella casi $ 14.000, mientras que la botella de vino se comercializa a $ 100 y a las arcas estatales ingresan cerca de $ 40. Esos términos de productividad deben estar planteados en el debate”, expresa.

Mayor dinamismo

Buena parte de los insumos que necesita la exploración ya no deben buscarse en el exterior. A decir de Hernández, mientras que en un principio había que importar un 90% de esos materiales, hoy ese porcentaje se sitúa en alrededor de un 50%. “Ese 40% de diferencia se traduce en un mayor dinamismo a nivel local. Ya nadie puede dudar del rol que juega la minería como factor de desarrollo en provincias como San Juan, Santa Cruz, Catamarca, Salta o Jujuy”, pondera el titular de GEMERA. Desde su óptica, cada vez más distritos provinciales entienden los beneficios que aporta la actividad. “La pregunta es si los capitales seguirán apostando por nosotros o migrarán hacia otros segmentos que les resulten más rentables. Y la respuesta estriba en generar confianza, estabilidad y estímulos productivos”, puntualiza. ›|‹

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