Autorizan el fracking como prueba piloto en cuatro pozos mendocinos

Mendoza entró en la lista de sitios donde se desarrolla la explotación del petróleo no convencional. Es que a fines de julio comenzaron los trabajos de estimulación hidráulica (fracking) en el área Puesto Rojas, de Malargüe, explotada por la empresa El Trébol, en pozos que ya estaban activos pero con explotación tradicional.

El gobierno autorizó la técnica de fractura hidráulica en cuatro pozos y usarán esos trabajos como piloto para evaluar la técnica y elaborar una norma ambiental específica.

La técnica consiste en la inyección a alta presión de una mezcla de agua, aditivos y arena a una elevada presión en la roca, donde está contenido el petróleo para liberarlo. Esos trabajos se hacen a una profundidad de entre 1.900 y 2.500 metros.

Según el dictamen de la Dirección de Protección Ambiental, “el volumen de agua necesario para la actividad de estimulación de los pozos será de aproximadamente 2.500 metros cúbicos por pozo. A ella se le adicionarán productos químicos y arenas para luego ser inyectada a una gran presión con la finalidad de provocar la estimulación”.

La aprobación del proyecto se da mediante la resolución 813 de la Dirección de Protección Ambiental, firmada por la ingeniera Miriam Skalany.

El agua a utilizar será de producción proveniente de la Batería Cerro Mollar, la cual se encuentra dentro de la misma Área de Concesión, completada según acuerdo, con no más de mil metros cúbicos de agua extraída del río Salado.

Una de las primeras voces que se hizo oír cuestionando este acuerdo fue el referente ambientalista Federico Soria. A través de las redes sociales destacó que “se autorizó por primera vez el fracking en Mendoza, sin estudio de impacto ambiental ni audiencia pública. No sólo eso, sino que ya están trabajando, como si fuera a escondidas y haciendo todo lo posible para pasar por alto la ley”. Agregó que “el argumento es que como son pozos que ya estaban autorizados para convencional, hicieron una adenda de lo que ya estaba, obviando que se trata de un proyecto nuevo y con otro tipo de consecuencias ambientales que las que oportunamente se deben evaluar con anterioridad”.

 

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